Me duele la espalda...

¿Qué hago?

Dr. Julio V. De Dios Tello

Neurocirujano y Cirujano de Columna

Ced. Esp. 3166440

Muchas personas, cualquiera que sea su actividad, edad o sexo, han experimentado dolor de espalda, al principio se le da poca importancia, con un ungüento y un analgésico será suficiente, lo más probable es que al día siguiente ese dolor haya desaparecido...

Diego es un joven sano, tiene 21 años y es estudiante, practica la equitación todos los días desde muy pequeño; 2 semanas antes de acudir a mi consulta sufrió una caída en casa a la que le dio poca importancia, después de la caída le apareció una sensación de torcedura en la cintura. Al día siguiente como todos los días montó su caballo, después de montar sintió más intenso ese dolor pero fue a clases, esa noche no podía dormir pues ya le dolía el glúteo izquierdo y en el transcurso de las horas, el dolor se extendía por toda la pierna (este malestar es conocido como ciática). Para conciliar el sueño Diego tomó analgésicos con lo que logró dormir un poco.

Al día siguiente al levantarse caminaba con malestar, su marcha se hizo claudicante (cojeaba), decidió quedarse en casa, localizaron a su médico de confianza quien le aumentó los medicamentos, dos días después el dolor era insoportable. Decidieron acudir a una clínica que se anunciaba en internet, después de hacerle unas radiografías le propusieron inyectarle ozono. La familia decidió esperar unos días, acudieron a un especialista quien le solicitó una resonancia magnética, habían pasado ya 15 días; por fin recibieron el resultado : hernia lumbar grave... sus padres preocupados por este resultado no saben que hacer o a quien acudir, se comunican con su aseguradora.


Esta historia como muchas se viven a diario, pero ¿Qué hacer? ¿A dónde ir?

Si se busca en internet aparecen múltiples opciones, médicos, especialistas, ortopedistas, neurocirujanos, clínicas, negocios sin cirugía, quiroprácticos, camas especiales etc.

Diego llegó a mi consulta, el dolor ya era parte de él, con los medicamentos y el reposo ya lo toleraba, pero al caminar cojeaba. Después de una revisión clínica y ver la resonancia magnética quedé asombrado, la hernia lumbar parecía un tumor... La única opción , la cirugía.

En mi práctica realizo una técnica conocida como cirugía de mínima invasión, en donde se ejecutan diferentes procedimientos quirúrgicos dependiendo de cada caso, dañando mínimamente los tejidos como piel, músculos y ligamentos, en el caso de Diego , con una pequeña incisión de 2 cm a través de un pequeño tubo y el uso del microscopio se resecó la hernia.

Al día siguiente Diego salió del hospital, su caminar ya era normal y prácticamente sin dolor, está ansioso por regresar a montar, cosa que hará en unas semanas. Esta historia (real) no significa que todos los pacientes tienen que ser operados, sólo es un ejemplo que mucha gente vive y se pregunta qué hago o a dónde voy.

Como una recomendación considero que lo primero es recurrir con un experto para que realice un diagnóstico clínico y radiológico.

Su manejo inicial deberá ser por lo general conservador, como bajar de peso, mantener reposo, acudir a rehabilitación o con un quiropráctico certificado y sólo que, aún después de todo esto el malestar persista, pensar en un procedimiento quirúrgico. Para cada paciente existe "un traje a la medida".

Mayor información:

Dr. Julio V. De Dios Tello

Neurocirugía y Cirugía de Columna

Consultorio 921-922 / Hospital Puebla

(222) 240 41 20